El reflujo gastroesofágico, a menudo llamado simplemente reflujo, es una condición que afecta a la mayoría de los bebés. Técnicamente, esto es devolver el contenido del estómago a la boca.
Puede o no estar acompañada de reflujo, lo que significa que el bebé puede expulsar leche parcialmente digerida que sube del estómago y se parece mucho al requesón.
En los últimos años, especialmente en Estados Unidos, se ha comenzado a reconocer el reflujo gastroesofágico como una enfermedad real, por lo que se han desarrollado fármacos especiales para tratarla.
De hecho, el reflujo es un evento muy normal que no debe alarmar a los padres y no requiere ningún tratamiento, solo paciencia.
¿Por qué se produce el reflujo?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la alimentación del bebé es completamente líquida y pasa la mayor parte del día tumbado.
La combinación de estos dos factores, que parece ser clara, favorece el reflujo gastroesofágico, además, el cardias (es decir, la válvula que se encuentra entre el esófago y el estómago) aún está inmaduro y es posible que no funcione correctamente.
El reflujo gastroesofágico tiende a desaparecer cuando el bebé tiene un año. Durante esta etapa de crecimiento, los recién nacidos pasan más tiempo sentados o de pie y cambian su dieta a alimentos sólidos con el destete.
El hecho de que el reflujo haya desaparecido confirma aún más que no se requiere tratamiento médico. Los medicamentos desarrollados para combatir esta condición inexistente son esencialmente antiácidos que contrarrestan el pH ácido del estómago para inhibir el reflujo de los alimentos.
No hace falta decir que si el estómago tiene un ambiente ácido, eso es por una razón, y cambiar sus propiedades puede crear problemas a corto y en el futuro.
¿Cómo actuar ante esta situación?
Entonces, ¿qué debe hacer si tiene enfermedad por reflujo gastroesofágico? Los padres deben vivir la situación con calma, ya que siempre es buena estar bien preparados y crear un ambiente positivo alrededor del bebé.
De hecho, ambos padres siempre deben recordar que se encuentran en un estado completamente normal y que no hay absolutamente ninguna necesidad de entrar en pánico.
Lo único que necesitan es mucha paciencia y muchos baberos para mantener limpios en todo momento a los más pequeños de la casa. El reflujo desaparecerá por sí solo y los padres solo tendrán recuerdos y no habrá complicaciones para el niño.
Al contrario de lo que se nos hace creer, de hecho, el reflujo gastroesofágico no tiene absolutamente nada que ver con la acumulación de mucosidad en los bronquios o los resfriados frecuentes y las infecciones del oído.
Ni siquiera puede verse como la causa del malestar, la irritación y el llanto inexplicable del recién nacido. Lo único que puedes hacer es seguir amamantando o, si usas fórmula, habla con tu pediatra, quien puede elegir, por ejemplo, una fórmula más sólida.
Los casos de reflujo gastroesofágico que se convierten en enfermedad son muy raros y no deberían causar pánico.
Investigaciones recientes también han demostrado que incluso la mayoría de los casos de reflujo con vómitos finalmente desaparecen sin causar un desequilibrio.
Si los padres notan algo inusual, por supuesto deben consultar a su pediatra, quien eventualmente ordenará exámenes adicionales.